viernes, 19 de febrero de 2010

Alfonsina en Berlín

Hoy quiero contarles una historia .
Una historia que a mí me gustó mucho.
Hace dos años , viajé a Berlín (Alemania)
a visitar a un amigo , que me invitó.
Berlín me encantó,caminar por sus calles ,ver sus monumentos tan cuidados , no entender nada de lo que la gente habla , y ver tanto orden y como son los alemanes.
Una noche , me invitaron a una cena.
Era en la casa de unos argentinos que viven en Berlín.
Una gente realmente encantadora, me pareció gente re divertida y enseguida entramos en confianza .
La dueña de casa de nombre Elisa,
es profesora de música , toca el piano que es una maravilla y una voz preciosa.
Cuando empezaron a sonar las notas en el piano de Alfonsina y el Mar, juro que mi mente se trasladó inmediatamente a Mar del Plata ,más precisamente hacia la playa de la Perla , donde está el monumento en el preciso lugar por donde Alfonsina Storni se adentró en el mar ,caminando y se perdió en las profundidades . Estuve en dos oportunidades en Mar del Plata en la casa desde donde Alfonsina tomó la decisión .
Si alguna vez alguien viaja a Mar del Plata (Argentina) , no dejen de ir , se los recomiendo .
Alfonsina tomó esa terrible decisión y esta canción , cuenta esa historia.
La historia de su drama .
Y yo en Berlín , escuchándola . Cuanto tiempo hacía que no la escuchaba !!
Creo que esa noche me gustó más que nunca!
Casi nadie de los que estábamos esa noche conocía esta historia.
Habían escuchado la canción , pero no conocían la historia.
Esta canción está basada en el soneto " Voy a dormir " que ,junto a una carta de despedida a su hijo Alejandro, escribió la lluviosa noche de un 24 de octubre de 1.938 Alfonsina Storni, y esa misma noche a la 1 de la madrugada se dirigió a la Playa La Perla en Mar del Plata (Argentina) ,para escribir su propio final, adentrándose en el mar.


"Dientes de flores, cofia de rocío,
manos de hierbas, tú, nodriza fina,
tenme prestas las sábanas terrosas
y el edredón de musgos escardados.
Voy a dormir, nodriza mía, acuéstame.
Ponme una lámpara en la cabecera;
una constelación, la que te guste;
todas son buenas, bájala un poquito.
Déjame sola; oyes romper los brotes ...
te acuna un pie celeste desde arriba
y un pájaro te traza unos compases para
que olvides ... Gracias ... Ah, un encargo:
si él llama nuevamente por teléfono
le dices que no insista, que he salido. "

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